Estando acá con mente, cuerpo y espíritu. Sintiendo, observando, oliendo, escuchando y percibiendo con plena atención. El tema es que no estamos acostumbrados a vivir así ni tampoco nos enseñaron y esto nos lleva al sufrimiento.

Estar en el aquí y el ahora es poner todos los sentidos a pleno, es estar conectado con lo que estoy haciendo en detalle. Sin estar recordando algo que ocurrió en nuestro pasado, ni estando pendiente en lo que podría pasar en el futuro.
Es salir de ésta oscilación entre lo qué pasó y lo que podría pasar, siendo que esto es lo que nos desequilibra. Dificultando la conexión con éste presente.

En definitiva el ahora es el único momento real, el único momento para disfrutar a pleno, el único momento donde sí puedo hacer algo por mi vida, diferente a mi pasado si es necesario y construyendo un mejor futuro.
Porque por más que piense en el futuro no puedo asegurar nada desde éste momento hacia ese momento que está por venir. Ni tampoco modificar algo que ya existió y forma parte del pasado.

Si me aferro al pasado, probablemente cree una depresión o una nostalgia de algo que ya no es como era, creando patrones de pensamiento iguales en donde no exista un abanico de nuevas posibilidades y mirada nueva y fresca hacia a la vida.
Siendo tan perjudicial como si vivimos pendientes de lo que podría suceder en el futuro generando sin duda, ansiedad, por crear una idealización (irreal) de nuestro futuro a través del propio pasado, como si lo que vendría fuese siempre mejor, sin hacer nada por eso. O mirando al futuro con ojos de miedo por aferrarnos a un pasado de dolor, haciendo un círculo vicioso entre el pasado y el futuro.

Así que de ninguna de las dos maneras estaríamos viviendo en el presente porque nuestro cuerpo estaría acá pero nuestra mente estaría allá!.
Definitivamente el presente nos muestra que es el mejor y único momento real que tenemos para vivir y tenemos para crear.

SIEMPRE EL AHORA ES EL MEJOR MOMENTO, PORQUE SIEMPRE VIVIMOS Y ACCIONAMOS EN EL PRESENTE. Sin importar lo que sucedió ni lo que podría suceder (en nuestra imaginación).

Entonces nos conviene entrenar a nuestra mente a vivir cada vez más y más en el presente. Enfocando la atención de la mente y concentrando al cuerpo físico, conectándolo a nuestro espíritu. A partir de la atención en la respiración, de cómo ingresa y sale el aire de nuestras narinas, a través del sentir con las manos, los pies o cualquier parte del cuerpo incluso con la piel, del oler o de ver algo que sea parte solamente de este momento presente, algo que nos ancle para volver a vivenciar el ahora!.

Además seamos sinceros, nuestra mente tiende a llevarnos a recuerdos que no fueron tan agradables, generando más rencor, miedo, angustia, fastidio, vergüenza, culpa… como si lo reviviéramos con cuerpo y alma cada vez que lo pensamos, como si eso seguiría siendo parte de nosotros hoy!. Machacándonos con aquellos sucesos, generando que nuestro cuerpo sienta todo tal cual ese momento, alimentando más la culpa, el miedo el dolor y el remordimiento. Como si esto cambiaría algo de la situación pasada.
O nos pasa que nos quedamos con recuerdos tan felices como si fuese lo único bueno que hicimos en nuestras vidas cerrando puertas a nuevas experiencias.
Y construimos un futuro mental totalmente incierto por ejemplo basado solo en experiencias vividas, en traumas y dolores pasados creyendo que son la única forma, alejándonos de las nuevas posibilidades y de las sorpresas, que podrían ser mucho mejores que las que creemos que serían! Y nuestra mente se lo cree, por ende nosotros también. Y se hace cada vez más difícil salir de este círculo.

Entonces, ¿por qué no aprovechar este presente y crear un futuro maravilloso?, ¿por qué no aprovechar el presente y asumir nuestro pasado y aprender de él dándonos la posibilidad interna y personal de atravesarlo y dejarlo ser, modificándome de ahora en más, para conocernos y enfocar el rumbo de mi vida hacia el futuro que yo quiero.?, (Pero desde el presente). Haciendo ALGO AHORA, YA, EN ESTE INSTANTE DE FORMA ÚNICA, Y AMABLE CONMIGO MISMO, sin echar culpas, y sin victimizarme, simplemente siendo lo que que queremos ser y hacer.

La realidad es que la mente no hace diferencia entre lo que piensa y lo que vive “realmente”. Entonces no nos suma castigamos con esas sensaciones porque nos seguimos aferrando a esos hechos como si fuesen de éste instante, sin darnos cuenta del daño que nos hacemos. Acumulando y bloqueando nuestro interior a través de la permanencia que le damos a esos pensamientos. Además de no darle otras opciones a la mente, ni darnos otras posibilidades a nosotros mismos, entonces, ¿Por qué la mente tendría creatividad más adelante frente a situaciones similares?, ¿por qué habría de ser diferente mi futuro de mi pasado si me mantengo en la misma forma de pensamiento?.
Y lo más lamentable es que todo esto puede que nos termine enfermando… siendo que lo que no termina saliendo por un lado sale por otro.

Si practicáramos el estar concentrados en el momento presente, o intentando regresar de esos pensamientos lo más rápido posible, podríamos de a poco hacer que esos momentos desagradables, vergonzosos o lo que fueran para nosotros, desaparezcan más rápido aún. Y permaneceríamos más tiempo en el presente.

Esto nos significa que no podamos recordar algo del pasado, o proyectar algo hacia el futuro. Simplemente esos son momentos determinados, momentos que seleccionamos con un determinado propósito. Momentos de reflexión para comprendernos apoyarnos, experimentar y aprender.

Todo está en nuestra mente, sólo debemos conocer más cómo funciona y ganarle antes que ella corra para otro lado.
Siempre siempre va a ser otro momento, otra circunstancia, otro instante y eso no tiene porque repetirse. Si es que realmente aprendimos esa lección y pudimos sacarle provecho.

Es un gran desafío, pero cómo todo, es práctica y constancia.
Personalmente me entreno en este camino y puedo volver cada día más rápido hacia éste momento.
Ojalá te haya servido de algo y puedas practicarlo también! Por que se siente mucho mejor!✨
Be.